El origen próximo de esta iniciativa se remonta a la preparación del I Encuentro “Cristianos y Socialismo” del PSOE del 3 de octubre de 1998. Dicho encuentro supuso una oportunidad de conocimiento y colaboración entre diversas personas cristianas y socialistas. Animados por la experiencia de los cristianos en el socialismo vasco en aquel momento, algunos de nosotros reforzamos nuestra convicción de que era necesario poner en marcha una iniciativa que tuviera como finalidad trabajar de modo permanente en el acercamiento entre el mundo cristiano y el Partido Socialista Obrero Español.
[2] La idea principal que nos moviliza es la de abrir puertas y tender puentes entre los cristianos y el partido. Abrir puertas y tender puentes porque diferentes desencuentros históricos han deteriorado la relación entre la Iglesia y las organizaciones de izquierda, en general, y el PSOE, en particular. Por eso hay extrañeza y hasta cierta desconfianza hacia la contribución pública de los cristianos en este partido. Sabemos que no es una labor fácil. Lo acontecido no juega a nuestro favor, dada la implantación de una fuerte sensibilidad laicista dentro del partido y de unas relaciones secularmente difíciles con la Iglesia. Pero también somos conscientes de la necesidad de sustituir la indiferencia mutua o el enfrentamiento declarado, por una colaboración respetuosa y crítica al mismo tiempo en la persecución de propósitos compartidos. Actualmente van dándose algunas de las condiciones necesarias para superar sectarismos obsoletos y hacer viables procesos de diálogo y colaboración.
[3] Esta iniciativa se reconoce heredera de una tradición de diálogo, del trabajo de cristianos socialistas y de aquellos que anteriormente propugnaron el diálogo entre cristianismo y marxismo. Va destinada a cristianos y también a todas aquellas personas que deseen vincularse a este espacio político-cultural. Es ya un hecho que, aunque mayoritariamente somos católicos, también participan cristianos de otras iglesias. Entendemos que será especialmente útil a los cristianos afiliados al Partido Socialista, a sus simpatizantes y a los que estén madurando una posible adhesión.
I. Tender puentes
[4] ¿Cuáles son nuestros fines? En primer lugar nos proponemos TENDER PUENTES para que la opción socialista vaya obteniendo progresivamente plausibilidad dentro del mundo cristiano. Tender puentes que encaucen con fluidez el compromiso político de los cristianos y las cristianas. Concierne principalmente a los cristianos convencidos de la necesidad de dotar a su labor apostólica de un mayor alcance político. Se trata de crear entre ellos un clima de apertura al partido socialista que les permita valorar a éste como cauce de representación de los intereses sociales que defienden y como instrumento de su militancia más propiamente política. También tender puentes entre los muchos cristianos que ya participamos en el PSOE para abrir el partido a sí mismo: en 1996 el 82% de los votantes del PSOE se declaraban católicos y entre los afiliados al PSOE, el 56% decía en 1986 ser religioso. Esperamos contar especialmente con todos aquellos cristianos que, siendo militantes desde hace mucho tiempo, reducen la vivencia de su fe a una esfera meramente privada. A todos ellos esperamos animarles a significar la dimensión pública y cultural insoslayable de la fe cristiana. Puede resultar una contribución muy valiosa en orden a la renovación de las raíces morales del socialismo.
Para concretar este primer fin de “tender puentes” queremos cumplir tres líneas de acción:
[5] 1) Facilitar a los miembros de la comunidad cristiana la iniciación a la militancia en el PSOE. Para ello se dispondrán medios diversos. Por ejemplo un curso específicamente orientado a quienes deseen concretar su labor política a través de este partido.
[6] 2) Ayudar a cada persona a buscar cuál es el lugar en el PSOE donde puede dar más fruto. Para ello se ofrecerá orientación e información sobre contactos y posibilidades concretas de inserción dentro de la organización. Se adaptará a sus lugares de residencia, perfiles profesionales, habilidades y áreas de interés a la hora de trabajar políticamente.
[7] 3) Ahondar nuestra identidad de cristianos y cristianas en el socialismo y optimizar nuestra calidad de presencia en el PSOE. Este objetivo se puede encauzar por varias líneas de acción: formación permanente, seminarios sobre temas específicos, encuentros genéricos entre cristianos y socialistas, foros especializados con distintos interlocutores, actividades para que la posibilidad de vincularse a este espacio llegue a más personas y localidades, etc.
II. Abrir puertas
[8] El segundo fin es ABRIR PUERTAS en el PSOE hacia lo cristiano como hecho público y como tradición político-cultural. Estamos convencidos de que en la tradición cristiana existe un potencial liberador que puede ser muy útil para quienes están trabajando en la renovación del partido desde numerosos puntos de vista. Destacados líderes socialistas como J. Delors, A. Schaff, T. Blair o A. Guterres han señalado al cristianismo como una de las fuentes de renovación y potenciación de la cultura y práctica política en nuestras democracias. Principalmente por sus claves de trascendencia, la centralidad de la compasión, su servicio a los más pobres y su sentido radicalmente fraternal de la Justicia, el sentido de plena dignidad del hombre, la universalidad, la unidad entre liberación personal y social, el sentido de comunidad y de Historia, la esperanza de horizontes, etc. Es necesario abrir puertas que acojan su transmisión a la cultura política del PSOE.
[9] Nuestro objetivo no es impulsar una corriente política para competir en la obtención de cuotas de poder interno sino que en cuanto cristianos militantes del PSOE pretendemos poner nuestra tradición y novedad cristiana al servicio del partido en orden a su permanente renovación.
[10] La realización de este segundo fin exige trabajar para conseguir un cambio de actitud de militantes del partido. Un cambio que les haga pasar de la reticencia o la clara oposición a todo componente religioso de la militancia política a una toma de conciencia progresiva de las virtudes existentes en el cristianismo como fuente de transformación ética y cultural.
[11] Para avivar la contribución del cristianismo a la izquierda potenciaremos tanto el compromiso personal en el partido como la formulación de propuestas colectivas. Somos conscientes de la pluralidad interna que existe al mirar la diversidad de ideas o preferencias políticas de los cristianos que participamos en el PSOE. Por eso entendemos que nuestro papel no es plantear propuestas monolíticas sino aportar lo que todos compartimos. Además, también dar cauce para que el mundo cristiano, con toda su riqueza y diversidad específicas, pueda hacer llegar sus mejores ideas.
[12] Una consecuencia positiva del logro de los fines señalados sería romper la identificación directa de la Iglesia con los sectores ideológicamente conservadores. Quienes impulsamos este proyecto nos consideramos cristianas y socialistas; al mismo tiempo, miembros de la Iglesia y militantes del partido. Como tales, queremos proyectarnos a toda la Iglesia y contribuir a que asuma con libertad y pluralidad un pleno impulso misionero en todos los ámbitos de la vida pública como la economía, la cultura o la política. En este sentido, creemos que esta iniciativa puede ser un eficaz servicio para que las personas cristianas den lo mejor del Evangelio en una institución tan importante como el Partido Socialista. Como Iglesia tenemos que servir mejor con actitudes de diálogo, colaboración y pluralidad: esto es un desafío para la actividad de muchos cristianos en el PSOE. Por ello queremos vivir nuestra fe con la libertad de espíritu propia de adultos respecto a la jerarquía, pero con un respeto que evite cualquier actitud de crítica sistemática a su labor pastoral.
[13] Por otra parte, aunque somos cristianos en el socialismo y actuamos como tales en este partido, somos conscientes que no somos los interlocutores cualificados de toda la Iglesia ante el Partido Socialista. Nuestra acción no pueden sustituir de ningún modo las legítimas relaciones de interlocución entre los responsables del Partido y las jerarquías de las Iglesias cristianas.
[14] Esta iniciativa está lejos de querer ser un modo de confesionalización de la política. No confundimos nuestra fe con una determinada opción partidaria, aunque sea la nuestra, absolutizando ésta. El Evangelio no se agota en ninguna mediación ni programa político. Es posible y bueno el pluralismo político de los cristianos. Además la política tiene su autonomía, sus reglas y su racionalidad propia. En el caso de los cristianos es influida por la fe, pues la experiencia religiosa la nutre radicalmente, la vivifica, la da sentido, la orienta. Pero a partir de aquí, el análisis de la realidad, la complejidad de las estrategias, la escasez de medios, la relación de fuerzas, la diversidad de temperamentos y los efectos de las decisiones concretas, reclaman un uso del discernimiento y es el espacio del pluralismo político.
[15] Lo que pretende ser esta iniciativa es un servicio que precisamente ayude a mantener una iniciativa sostenida de "Tender puentes y Abrir puertas" entre socialismo y cristianismo. Y que también ayude a la participación de las cristianas y los cristianos en las mediaciones políticas, específicamente en el PSOE. La aconfesionalidad del Partido Socialista la defendemos y entendemos como un modo de convivencia en el que todas las creencias aportan lo mejor de sí para mejorar el servicio laico del partido a la comunidad política.
[16] Nuestro mundo cambia, con problemas angustiosos y con felicidades intensas, con graves riesgos y grandes oportunidades. En esta encrucijada que nos toca vivir, nadie sobra; tenemos que contar con todas las manos para que el curso de este mundo esté al servicio de la dignidad humana, con especial urgencia para y con aquellos y aquellas que más sufren. En esa tarea apostamos nuestras vidas y colaboramos con todos los hombres de buena voluntad a construir la plena dignidad del hombre y el mundo. El PSOE se ofrece como un instrumento privilegiado de transformación sociopolítica desde una tradición emancipatoria. A la vez es un lugar de convivencia para el servicio político donde poder compartir totalmente con otros compañeros y compañeras esa misión liberadora.
Francisco Bermejo, Carlos García de Andoín y Fernando Vidal Fernández, en Madrid, 1998
